viernes, 3 de agosto de 2007

TU VOLUNTAD DE PAZ

Sitúate en un estado mental de paz contigo mismo y de paz con los demás. Es la fórmula por la que te estableces en la realidad, en el momento presente de tu proceso evolutivo dirigido a transcenderte en ti mismo.

La paz contigo mismo, te da serenidad y una visión integral de la vida humana.

La paz con los demás te aporta comprensión, pues entiendes las necesidades del otro, y armonía, ya que la colaboración entre todos cubre las necesidades comunes.

Trabaja en tres dimensiones tu voluntad de paz con los demás:

. Lo que depende de ti.
. Lo que depende del otro.
. Lo que depende de todos.

Lo que depende de ti es muy simple y ya te suena: Trata a los demás tal como tú quieres ser considerado.

Normalmente vives en el aislamiento de “tu mundo”, en tus actividades cotidianas de supervivencia, y pareces no tener posibilidades más allá de tu subordinación a lo material, a la separación entre lo que tú crees que eres y lo que crees que son los demás.

Pero la realidad es integral, igual y una para todo lo vivo, de tal manera, que según opinas y actúas con el otro es como crees que eres tú mismo.

Lo que depende del otro puede ser un planteamiento tuyo que el otro acepta o no.

Es una relación en la que buscas obtener algo: Dinero, sexo, seguridad, no-soledad, etc. Y es necesario que digas al otro muy claramente, pero con el mayor respeto, lo que esperas de él.

No decidas tú de antemano lo que el otro ha de elegir o decidir, ni te aferres a ninguna de las opciones que defiende. Su decisión no te limita y te es necesaria porque te sitúa con certeza en el mutuo acuerdo de conseguir tu propósito o en la necesidad de que busques otros cooperadores.

Lo que depende de todos es la justicia social. Generar riqueza entre todos y repartir esa riqueza en forma de bienestar para todos es la base ineludible de la paz. Ya carece de sentido aquella conciencia colectiva por la que unos grupos humanos se consideran con derechos sobre otros o, simplemente, diferentes.

El reconocimiento que haces del otro, sea quien sea, y el indiscutible derecho que tenemos todos a unas condiciones de vida dignas, son las bases para la sociedad justa.

Tu paz dependende de la paz del otro. Y esto te obliga a conseguir para todos los avances sociales que tú necesitas. Tu esfuerzo personal en este sentido es tan importante para ti como el hecho de conseguir tu propia serenidad interior.

Victoria Camps definió un proceso en la extensión de los derechos para todos y de la universalización de la paz:

Cada época debe saber identificar por dónde fallan más los derechos humanos. Hace un tiempo, eran los obreros, las mujeres, los habitantes del Sur, los olvidados o “desheredados de la tierra”.

Hoy los derechos fundamentales muestran serias fisuras en la insolidaridad y la intolerancia crecientes de nuestro entorno más desarrollado. (Camps, 1996:9)



Aunque la sociedad te parece cerrada a planteamientos de justicia social a nivel mundial, tú puedes establecer ya el nuevo orden mundial justo.

Mira a tu alrededor. Tú derrochas alimentos, energía, medicinas y muchos otros bienes mientras que para otras personas son necesarios para sobrevivir. Y tu derroche es como el capitalismo te habita. Con tu derroche confirmas tu adhesión al engranaje consumista del capitalismo que asola el planeta y genera desigualdad.

Mira a tu alrededor. ¿Cómo son las leyes? ¿Por qué tus políticos no establecen la igualdad real para todas las personas que viven en tu país? ¿Por qué les votas?
¿Cómo está el trabajo? ¿Por qué es una esclavitud? ¿A quiénes les interesa esclavizarte? ¿Por qué necesitas ganar dinero para gastar más?

Mira a tu alrededor. ¿Por qué llamas democracia al ordenamiento social de tu país?

¿Por qué es tan imposible el acceso a una vivienda?

¿Por qué vivimos entre la violencia cotidiana de las drogas, la prostitución y los robos?

¿Por qué vivimos entre mujeres apaleadas y niños atemorizados?

¿Por qué la única alternativa para descansar de la esclavitud del trabajo son los bares y la tele?

Es imprescindible que tu decisión de paz se haga realidad en ti. Con tu paz, participas activamente en la construcción de una convivencia pacífica, como alternativa a la convivencia a base de policía que nos ofrecen los políticos.

Los políticos permanecen impávidos ante la violencia cotidiana y ante la injusticia social. Favorecen un clima de violencia de fondo con la decisión de dejar desamparados de su derecho a la paz a los ciudadanos y hacen de la injusticia una actividad institucional.

Pero los políticos son, sólo, tus representantes y los representantes del otro, de quien tienes a tu lado. Por tanto, de ti depende, en gran medida, la paz en el otro y, de igual forma, del otro como persona depende la paz en ti.

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