viernes, 3 de agosto de 2007

EL PODER DE TU VOLUNTAD

Toda voluntad imagina aquello hacia lo que se inclina, y esa representación es el conocimiento previo que tiene de lo que desea.

ABDERRAHMÁN MOHAMED MAANÁN






OCTUBRE


Estaba echado yo en la tierra, enfrente
del infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente.

Pensé arrancarme el corazón, y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno,

a ver si con partirlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno. (Jiménez, 1968:40)


Cuando el poeta Juan Ramón Jiménez sembró su corazón en un campo de Castilla estaba aceptando en él el inmenso poder de su voluntad y lo extendió en forma de actitud.

El poder es la acción de la voluntad. Y tu voluntad ha de poner las flores de tu amor en cada corazón que encuentras, para mostrarle la paz que en verdad eres. Por esto, nada distinto al amor puede tener influencia sobre ti. Y niegas a ese amor cuando:

. Crees que lo que hiciste puede dictarte lo que debes ver y sentir ahora.

. Crees que el mundo que construiste tiene el poder de hacer de ti lo que se le antoje.

Así, cuando te dejas llevar por lo que no es amor has de aprender a perdonar a todos los seres humanos sin excluir a ninguno para que puedas sanar tu percepción del mundo. El perdón te da la libertad de verte a ti mismo y de ver al mundo tal como sois: Inocentes. Antonio Machado opinó que este centrarse en la conciencia real, evita la confusión:

No hay cosa que sea lo contrario de lo que es. El ser carece de contrarios. Y donde no hay contrarios no hay posible contradicción. (Machado, 1998(I):206)


Por tanto, tu única responsabilidad consiste en hacer tu voluntad para que dejes de buscar las experiencias que no deseas. Esta es la libertad, pues a menos que hagas tu voluntad no serás libre.

Pero alcanzas tu voluntad cuando percibes que no vives por ti mismo, sino que estás animado por la energía del amor, tal como describió Evagrio Pontico:

No ruegues para que tu voluntad sea cumplida, pues ella no concuerda necesariamente con la voluntad de Dios. Ruega, sobre todo, según la enseñanza recibida diciendo: “que Tu voluntad se cumpla en mí”.

En todas las cosas, pídele que se haga Su voluntad; pues Él quiere el bien y el adelanto de tu alma, mientras que tú no buscas necesariamente eso.

Por esta entrega, resulta que todas las personas que encuentras y todas las situaciones que vives se te presentan porque las necesitas como medio para aprender algo. Este es el motivo por el que siempre tienes que agradecer todas tus circunstancias.

Y aquello que más te molesta y te enfada es, precisamente, la circunstancia que más tiene que enseñarte. Porque de lo que te quejas que ves fuera de ti, hace de espejo de algún desajuste interior que aún no has solucionado.

Es para ti lo más importante sumar tu voluntad al Amor, a la construcción de la sociedad inocente, pues así, la recibes. Y, como escribió Linda Goodman, el poder de tu voluntad es, entonces, ilimitado:

En ti hay el poder magnético suficiente para inmunizarte ante las influencias planetarias más poderosas, ahora y en el futuro. Es una pena que te sometas tan fácilmente y dejes sin realizar todo tu potencial.

Cuando se conquista a la vez el odio y el miedo, la voluntad queda libre y es capaz de inmenso poder. (Goodman, 1994:474)


Por tanto, tu voluntad nunca puede ser odiar, ni encadenarte al dolor. Tu voluntad no puede tener límites pues no es tu voluntad limitarte.

Tu voluntad es un sabio que hace sin pretender hacer y que enseña sin hablar.

Tu voluntad es un sabio que deja que todos los seres se desarrollen libremente, sin intervenir, sin hacerles dependientes, sin explotarles, y ayudándoles cuando lo piden.

Tu voluntad es un sabio que no desea nada, que no tiene nada y que no espera resultados de los que hace, porque no encuentra en sí mismo ningún mérito.

Tu voluntad es un sabio de Amor que ofrece el agua de la vida a quien tiene la sed de no saber, aún, que es.

Todos somos agua de diferentes ríos
Por eso es tan fácil encontrarse
Todos somos agua en este vasto, vasto océano
Algún día nos evaporaremos juntos. (Lennon, 1982:97)




LA ACTIVIDAD


La libertad y la paz son tuyas de manera natural. Pero tú realmente no las disfrutas si te atas a personas o cosas, o si te dejas atrapar por las emociones, o porque constantemente te ocupas en hacer.

Y te haces depender de estas circunstancias porque crees que tienes que buscar, incesantemente, por todos lados, algo que te falta, algo que no sabes qué es, pero que te parece esencial para alcanzar la felicidad.

Y precisamente por este afán de búsqueda, por esta intención que te determina, es por lo que dejas de ser libre y por lo que pierdes tu paz.

No se trata de que busques, ni fuera ni dentro de ti, porque cuando buscas niegas tu presente y proyectas tu personalidad en el futuro. Se trata de que asumas cada momento en tu vida con el convencimiento de que es lo único que tienes y necesitas mantener abierta tu percepción a todo lo que te rodea, a todo lo que sucede en tu mente y, como reflejo, en tu cuerpo.

Por esto, haz cualquier cosa que hagas dándote, pero aprende a mantener a raya tu actividad para que no la confundas contigo mismo, ya que tu actividad no eres tú.

Porque si te confundes con lo que haces, te niegas a entender cualquier otra actitud que se te presente y te estancas, te limitas y te reduces. Y, entonces, todo te resulta falto de esencia y de armonía porque así te encuentras tú.



TU OBJETIVO Y EL OBJETIVO DE TODAS LAS PERSONAS


Hay algo que es prioritario para ti y que te mueve en todos tus pensamientos y en todos tus hechos. Es un anhelo que se puede razonar en dos fases:

1- No quieres el dolor.

2- Quieres ser feliz.

Pero, ¿conoces a alguna persona que no tenga, como tú, esta intención como objetivo principal para su vida? Por esto, hay personas que emigran desde sus países a otros países extraños para vivir una vida extraña. Por esto, tú trabajas incesantemente, un día y otro, de la manera que se te pida. Por esto das tu vida para lograr tener a tu alcance el máximo de seguridad y comodidades.

Únicamente hay un problema: Que puedes confundir la felicidad con el placer de tus sentidos. Así, cuando conoces que únicamente cubrir tus necesidades materiales no te lleva a la paz, empiezas a preguntarte en serio por tu papel en esta vida.

Y es cuando te respondes a ti mismo que el gozo eterno te pertenece. Es la felicidad personal lo que esperas, la claridad del ser que te habla desde dentro.

Entonces es cuando ya no puedes hacer diferencia, porque no la ves, entre lo que te parece que hay dentro de ti y lo que te parece que hay fuera, como dijo Paramahansa Yogananda:

Cuando el hombre actúa en forma desinteresada movido por el anhelo de alcanzar el gozo supremo, se libera del dominio de su propio ego, ya que no puede alcanzar tal estado quien no es lo suficientemente generoso como para anhelar que los demás también disfruten de él. (Yogananda, 1992: 27)

Y así, pues, ya tenemos que para lograr hacer realidad tus aspiraciones de salir del dolor y de encontrar la paz y la felicidad que te pertenecen, es necesario que ofrezcas paz y felicidad a los demás.

Aquí están condesadas todas tus aspiraciones y también el modo de llevarlas a la práctica. Ésta es la base de los sentimientos de cualquier persona de este mundo.

Entonces, si este principio acapara toda tu atención y es la función de tu vida, y también el principio por el que se rijen todas las personas, acepta que todas las personas estamos indisolublemente unidas.

Y si el estado de conciencia que implica formar parte de todos es el mismo para todas las personas, esa percepción que tradicionalmente llamamos iluminación es la actitud común para todos, la única voluntad posible.

Porque estás aportando lo único que tienes, tu actitud y tu identidad, a tu conducta diaria y a tu visión de los demás. Y transciendes lo que creías tus limitaciones, posiblemente de acuerdo al siguiente esquema:

1- Tu Ser es eterno.
2- En tu vida física no te reconoces así.
3- Puedes comprender a tu verdadero Ser desarrollando conscientemente tu función entre las personas.
4- Creas tu camino hasta lo eterno a través de la práctica cotidiana que ordena, tus pensamientos, tu cuerpo, tus emociones y tus relaciones.

Por tanto, es necesario que equilibres toda la energía de tu fuerza interna para que tengas en cuenta los pros y los contras de tus decisiones. Para ello, sitúate en las coordenadas fundamentales que para tu clarificación personal propone el maestro zen Hôgen Yamahata:

1 - ¿Cuál es el anhelo más profundo de tu vida?
- ¿Cuál es tu función en este mundo físico?

2 - ¿Por qué te anclas en el pasado y no vives en el momento presente, momento a momento y encuentro a encuentro?

3 - ¿Existe algo que no esté en el “aquí y ahora”?



LA ELECCIÓN ÚNICA


Ante cualquier circunstancia, siempre tienes dos opciones para elegir entre ellas:

1- Creerte determinado por las condiciones materiales.
2- Dejar que te guíen los valores humanos desde la conciencia del Todo.

Ahora, si crees que lo material te determina, tu única elección posible, tu decisión pendiente, es que profundices en el conocimiento de tu realidad personal.

Pero esta decisión significa que entres en un proceso de reconstrucción de tu personalidad para pulir tus hábitos mentales hasta que logres elevar tu conciencia al estado de Amor, en el que sólo percibes, en ti y en todo, la paz.

Para ello, no mantengas dentro de ti ninguna intención, pues la paz y la libertad que te corresponden por naturaleza se manifiestan expresando el Amor a todo y para todos.

Y, como consecuencia lógica, has de hacer consciente en tu entendimiento que cuando tratas con una persona no estás tratando con un cuerpo, sino con un ser eterno que espera ver en tu comportamiento la perfección que le pertenece.

Cada persona que encuentras no espera palabras ni consejos, necesita un ejemplo vivo que le reafirme lo que en realidad es y le muestre con claridad el camino a seguir.

En esto no hagas distinción alguna entre los seres humanos pues, todos sin excepción, esperamos la realización de nuestros anhelos más profundos, sean cuales sean nuestros pensamientos, nuestras acciones o nuestras creencias. Evita, pues, cualquier tipo de separación y establece la convivencia en paz allí donde vas.

Así te haces consciente de que la fraternidad es universal y reune a todos los seres humanos en una misma energía de Amor.



EL CAMINO HUMANO


Puedes resumir tu tránsito por esta vida en dos etapas:

1- Transciendes lo que ves y lo que crees.
La consecuencia inmediata es tu plena libertad.

2- Unificas tu voluntad con todo lo vivo.


Purifícate, vive una vida simple, humilde, con decidida voluntad de sencillez:

- Elige en cada momento lo que es real para ti.

- No atiendas a tus ilusiones:
. Los apegos.
. Medir la vida en tiempo.
. Las creencias.
. La información que genera separación y que te ata al sufrimiento: Prensa, radio, televisión, etc.

- Mantén devoción a la energía de la vida en todos los seres que encuentras.

- Identifícate de tal modo con el verdadero propósito de tu vida en el cuerpo, que tu función de paz se convierta en el eje de tus ideas, emociones y relaciones.

- Nunca terminas de andar el camino. Establécete en una constante actitud de perfeccionamiento, respecto a ti, y de aceptación de corazón, respecto a los demás.

Inmediatamente que tú te sientes identificado con tu función de unidad y de paz para este mundo, reconoces a muchos seres que esperaban que cumplieras tu voluntad para reafirmarse en ella a la vez que te reafirman a ti, como escribió San Ambrosio:

Viene a tu encuentro aquel que te ha oído hablar en lo íntimo de tu alma; y mientras tú estabas todavía alejado, él te vió y corrió a tu encuentro. (Atienza/Lasanta, 1998:23)



TU ENERGÍA TE APOYA


La energía de la vida te está apoyando constantemente, aunque te es necesario enfocarla de forma que seas consciente de que es tu propia energía y de que ese apoyo es tu propia voluntad.

Las siguientes actitudes favorecen y multiplican el poder de tu voluntad:

- El silencio
Dedica algunos periodos de tiempo a estar en ti. Durante esos momentos:
. No hables para decir nada.
. No veas televisión, ni escuches la radio, ni música, ni leas nada.

- La tranquilidad
Resulta muy fortalecedor respirar profundamente al levantarte, bien dando un paseo o, bien, sentado cómodamente.

Si repites esto algunas veces a lo largo del día, pones remedio a tu ansiedad y el nerviosismo sin causa aparente que parece dominarte.

- Carencia de juicios
Cuando decides no enjuiciar las cosas, las circunstancias como correctas o incorrectas, ni enjuicias las situaciones como buenas o malas, conectas con la energía de la vida.

- Vida en la naturaleza
Si pasas el mayor tiempo posible en plena naturaleza, alejado de la incesante actividad de los núcleos urbanos, percibes claramente el aliento de la unidad en ti.

- Respiración
Observa que cuando te alteras, tu respiración es corta, superficial e irregular.

Este es el tipo de respiración característico del estado de separación, del estar proyectado a un mundo exterior que te parece que nada tiene que ver contigo. Así, evitas el momento que vives.

También obsérvate la respiración en tus momentos de tranquilidad, en tus momentos en que te identificas con la paz. Entonces, tu respiración se hace regular y profunda, te une a la energía creadora y te libera a ser consciente del presente, de cada momento que vives, en plenitud.



AQUÍ Y AHORA


El mundo en que vivimos es imprevisible y fugaz y las ideas, creencias o principios básicos de nuestra mentalidad son igualmente cambiantes. De lo que resulta que el estado más adecuado para la mente humana es el del vacío, el de no ocuparla con nada.

En la tranquilidad de creerte nada puedes encontrarte, corazón a corazón, con los seres que encuentras a cada momento. El “aquí y ahora” es nacer de nuevo en cada encuentro.

“Aquí” es:
. Tu única realidad.
. La realidad misma.

“Ahora” es:
. Tu vida misma.
. La carencia de tiempo.
. El eterno comienzo.

De hecho, estamos ya en la eternidad pero nos creemos tanto nuestro rol mental que nos auto-limitamos al tiempo, al día, a la noche, al trabajo, al ocio, en compartimentos cerrados.

El “aquí y ahora” es un nuevo nacimiento en el que todo nuestro ser renace en la luz, en la iluminación. Así, con cada momento se nos está ofreciendo una maravillosa y única oportunidad para estar en nuestra verdadera naturaleza.

Como curiosidad, veamos la opinión al respecto de dos monjes. Thomas Merton, monje cristiano, escribió:

Sé hijo de este instante:
Es un mensajero de Alá
Y es el mejor de los mensajeros
Es quien anuncia tu indigencia,
Tu nada. (Merton, 1967:125)



El monje zen Taisen Deshimaru precisó:

Ni el pasado ni el futuro deben influenciar nuestros pensamientos. Sería inútil. Vuestro pensamiento es un “aquí y ahora”. “Aquí y ahora” es nuestra libertad. (Deshimaru, 1994:124)

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